lunes, 29 de abril de 2013

Rimas (1887), XII, Rubén Darío.

¿Que no hay alma? ¡Insentatos!
Yo la he visto: es de luz...
(Se asoma a tus pupilas 
cuando me miras tú.)

¿Qué no hay cielo? ¡Mentira!
¿Queréis verle? Aquí está.
(Muestra niña gentil,
ese rostro sin par,
y que de oro lo bañe
el sol primaveral.)

¿Que no hay Dios? ¡Qué blasfemia!
Yo he contemplado a Dios...
(En aquel casto y puro
primer beso de amor,
cuando de nuestras almas
las nupcias consagró.)

¿Que no hay infierno? Si, hay...
(Cállate, corazón, 
que esto bien, por desgracia,
lo sabemos tú y yo.)

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